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Teófila Martínez, presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz y presidenta de RETE, y Rinio Bruttomesso, arquitecto urbanista, fundador y expresidente de RETE, protagonizaron el Desayuno Informativo Webinar de Grupo Diario-Diario del Puerto, bajo el título “La creciente importancia de la relación puerto-ciudad”.

El evento cumplió con su doble objetivo de, por un lado, presentar de manera oficial, el nuevo producto multicanal de comunicación Puerto y Ciudad de la empresa; y, por otro, analizar con sus socios suscriptores la creciente importancia de las relaciones puerto-ciudad, bajo el punto de vista de los dos ponentes.

El webinar arrancó con las palabras de Fernando Vitoria, director general de Grupo Diario Editorial, quien destacó el quid de la cuestión: “Hoy toca hablar de Puerto y Ciudad, y lo vamos a hacer nosotros, los logísticos y portuarios. Parece que todo el mundo habla de este asunto menos los puertos y los profesionales que le dan vida. Hay que solucionarlo”.

Teófila Martínez, que ejerció como alcaldesa de Cádiz durante 20 años, compartió un análisis desde los dos puntos de vista claves de esta relación. En su opinión, el Puerto y la Ciudad se han visto como agentes que están a un lado y otro lado de la verja durante siglos. Esta situación está cambiando pero no va tan rápido como debería. “El problema es que ambos estaban convencidos de que era imposible la relación y los puertos se sentían perdedores. Lo que está claro es que tenemos una gran opor-unidad por delante que debemos saber aprovechar”, apuntó la presidenta de RETE.

El Puerto, como sujeto, es un agente económico de primer orden, “por lo que el proceso de integración debe incluir conocer que los puertos son generadores de riqueza, que potencian la economía del en torno y que mejoran los recursos disponibles trabajando para ser más sostenibles. Hay que valorarlo en su justo término – opinó Teófila Martínez- el Puerto es un eslabón más de la cadena de suministro del territorio y favorece a todas y cada una de las empresas del entorno. Por eso, se deben conocer sus necesidades”.

De igual modo, “no se debe concebir que un puerto no tenga en cuenta al territorio más cercano” y recordó a los escépticos que el proceso de integración “no supone perder espacio portuario, la actividad se traslada y no se pierde ni un centímetro”. “Es importante encontrar el equilibrio para atender las necesidades de la ciudad y las necesidades logísticas y portuarias”, apostilló.

Por todo ello, la presidenta portuaria expuso que los objetivos deben pasar por “atender y consolidar la vocación portuaria de las ciudades a través de la integración física de los suelos e integración social y cultural para que sean obras duraderas y reales”. Además, se deben mejorar las dotaciones de las ciudades y la aportación de los suelos para generar “un efecto tractor” de nuevas actividades siempre fomentando la sostenibilidad. “También hay que reactivar el suelo industrial portuario y edificios en desuso para generar actividades que atraigan nuevas empresas y actividades y potenciar el espíritu emprendedor, innovador y sostenible y el uso de las nuevas tecnologías”, indicó Martínez.

Por su parte, Rinio Bruttomesso puso en valor que desde 1980, cuando comenzaron a desarrollarse los primeros waterfronts, hasta hoy ha habido una transformación destacada, “existe la necesidad para recuperar el vínculo de convivencia con la ciudad”. Y para hacerlo, – en tres palabras que recuperó de la entrevista de Francisco Toledo, presidente de Puertos del Estado – son necesarios diálogo, respeto y lealtad para consolidar una auténtica y verdadera rela-ción puerto-ciudad”. Para el experto, “tenemos que consolidar laboratorios de confrontación (a nivel local, nacional e internacional) que activen la construcción del puerto-ciudad”.

Bruttomesso habló de tres niveles de actuación. Un primer nivel físico, el waterfront: “el territorio está lleno de oportunidades, pero también es muy delicado porque es poroso. Así que hay que generar las oportunidades, pero teniendo en cuenta que se pueden generar conflictos y hay que saber cómo solucionarlos”. Un segundo nivel institucional: “El diálogo debe ser más allá de entre las instituciones. El tema es contar con una importante participación de los ciudadanos, de las asociaciones, de las universidades y los centros de investigación. Tenemos que construir mesas que no sean de dos patas puerto y ciudad, sino de tres o cuatro, con la ciudadanía y comunidad portuaria”.

Y un tercer nivel de proyecto: “Tenemos que pensar en lo que será el futuro. Hay que resolver el problema de hoy, pero pensando en el mañana. Ahí es donde tenemos que compartir soluciones, tenemos que trabajar juntos, ampliar la confrontación de ideas”.

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